LA CIENCIA DESPRENDE NOTAS MUSICALES
La música es un
conjunto de sonidos sucesivos combinados que, por lo general, producen un
efecto estético o expresivo, resultando agradables al oído, que combina sonidos
atendiendo a las leyes de la armonía, melodía y ritmo.
La música es una de las artes que ejercen mayor influencia, tanto afectivo como intelectualmente, en el ser humano.
La música es una de las artes que ejercen mayor influencia, tanto afectivo como intelectualmente, en el ser humano.
Existen pocos estudios
en nuestro país sobre la relación de la ciencia moderna con la música. ¿El
motivo? Se suele considerar a la música como objeto de ocio, relegándola a un
estrato inferior entre las artes, diferenciando entre sentimiento (música) y
racionalidad (ciencia).
Lo cierto es que, a lo
largo de la Historia, la música ha estado influenciada por el desarrollo de
teorías científicas. De hecho, muchos científicos utilizan este arte como
ciencia auxiliar en el desarrollo de aplicaciones o teorías.
El psiquiatra y neurólogo
Robert S. Roat-Bernstein asegura que las habilidades musicales y científicas
son talentos correlativos. Llega a definir un novedoso fenómeno de percepción
neurológica: la “sinosia”, definida como la capacidad que manifiestan algunas
personas de sentir, simultáneamente, el sonido musical y la intuición
científica.
Einstein afirmaba sobre
su Teoría de la Relatividad: “vino a mí
por intuición. Y la música fue la fuerza motora presente tras esa intuición.
Mis padres me hicieron estudiar violín desde los seis años. Mi nuevo
descubrimiento es el resultado de la percepción musical”
¿Por
qué nos gusta la música?
Es una pregunta que no
tiene fácil ni única respuesta. Los monos son capaces de distinguir las octavas
en la escala diatónica. La música clásica como, por ejemplo, Beethoven,
tranquiliza a los animales mientras que otras, como AC/DC, los alteran. Lo
mismo pasa con nosotros, los humanos. Si tenemos un día con el estado anímico
más bajo, tendemos a escuchar canciones más melosas, más “tristes”. Sin
embargo, días en los que estamos más eufóricos, escuchamos música más alegre. Si
vemos una película de terror, la música nos produce una sensación de miedo y de
angustia. A través de la música viajan las emociones.
¿Sería
posible una vida sin música?
Posiblemente pero, sin
duda, sería horrible. La música acompaña nuestras
vidas, tanto en los buenos como en los malos momentos y contribuye a obtener numerosos
beneficios en nuestra salud (musicoterapia con niños con necesidades educativas
especiales, disminuye la hipertensión y el estrés).
Definitivamente,
tal como afirmaba Nietzsche, “la vida sin música sería un error”.
Por último, os invito a visionar este breve
documental del programa REDES sobre música, emociones y neurociencia.
Entrada escrita por Cristina Sánchez Cueva
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